Desde julio de 2020, tras la aprobación de su uso obligatorio en toda España, las mascarillas han pasado a ser uno de los elementos que forman parte de nuestro día a día. Aunque al principio a muchos les costase adaptarse a la novedad, las mascarillas ya se encuentran en la lista de cosas que debemos llevar siempre encima al salir de casa junto al móvil, las llaves o la cartera. Esto se debe a que la mascarilla es uno de los principales y más efectivos elementos a la hora de evitar contagios durante la pandemia, junto a otros productos de higiene como los geles hidroalcohólicos.
Sin embargo, la efectividad de las mascarillas está directamente vinculada a su correcto uso y de poco sirve que la llevemos puesta todos los días si cometemos errores en su colocación, manipulación o conservación. Por eso, es fundamental tener en cuenta una serie de puntos si queremos garantizar nuestra seguridad cuando usamos mascarillas.
Tamaño
Las mascarillas deben ajustarse a la cara, cubriendo efectivamente desde la nariz hasta la barbilla. De lo contrario, las partículas pueden entrar y salir por los espacios donde hay separación con la cara. La talla es especialmente importante en el caso de los niños, quienes deberán usar mascarillas infantiles que se ajusten al tamaño de su cara con un adulto supervisando siempre su colocación.
Tiempo de uso
El tiempo de uso recomendado para la mayor parte de las mascarillas es de 4 horas. Sin embargo, si se usan durante intervalos más cortos y se encuentran en buen estado pueden seguir siendo seguras hasta las 8 horas de uso. Ahora bien, en el momento en el que se aprecie deterioro de la mascarilla o humedad en ella, por ejemplo, provocada por el sudor, debe ser desechada y sustituida, aunque su tiempo de uso haya sido menor de cuatro horas.
Manipulación
Este punto es en el que se cometen la mayor parte de los errores, ya sea por descuidos, prisas o comodidad. Tanto antes como después de tocar la mascarilla, al colocárnosla y retirárnosla, debemos lavarnos las manos. La mascarilla debe tocarse siempre por las gomas y hay que evitar siempre hacerlo por la parte delantera.
Una vez retirada, es importante doblarla y meterla en un sobre de papel o en un porta-mascarillas de cartón, evitando bolsas de plástico, ya que éstas retienen la humedad y pueden propiciar la proliferación de microorganismos.
Siguiendo estos consejos habremos ganado mucho a la hora de usar la mascarilla de forma adecuada y reducir el riesgo de contagio al usarla y manipularla. Al ser uno de los productos de higiene que nos van a acompañar a diario durante buena parte del tiempo que dure la pandemia, es importante que no sea en balde y saber cómo hacerlo de forma que podamos garantizar una mayor protección tanto para nosotros como para los que nos rodean.